Tool se
forma en 1990. Su principal aportación a la música sería el haber creado un
estilo que fusiona las atmósferas oscuras y el metal underground, al que
pretenciosamente bautizarían con el nombre de Art-Rock. ¿O quizá el haber
introducido la filosofía del Art-Rock al post.thrash metal? Bueno, el orden
bien poco importa. 
La diferencia entre Tool y cualquier banda de metal, pongamos Metallica, por
ejemplo, es que Metallica escribía sus temas de multitudinarias partes, como
si de compositores de música clásica se tratasen, y llevaban estas canciones
a la calle, haciéndose accesibles a todos los públicos. Tool, en cambio,
hizo todo lo contrario. Abrazaron los términos de “lo artístico” mientras se
sumergían en una fausta orgía de preocupaciones bohemias, rindiendo un
cálido homenaje a la música oscura, a las visiones desoladoras, al death
metal y al trash, convirtiéndose de este modo en el perfecto grupo de culto
del panorama underground.
A pesar de sus influencias post punk, Tool ejecuta una música ponderada,
alternando pasajes larguísimos, con detalles instrumentales y bucles sonoros
sobre los que descansan letras corrosivas. A pesar de lo que pueda parecer,
Tool tenía una facilidad pasmosa para transmitir toda esta angustia
asfixiante y opresiva a toda la legión de seguidores de la música
alternativa de comienzos de los 90’, los cuales se engancharon rápidamente a
la oferta de la banda. Fue tal la simbiosis entre la definición de "rock
alternativo" y Tool durante la era post-Nirvana, que acabaron aterrizando en
el Lollapalooza 1993, hecho que ayudó a ascender como un cohete a su álbum
de presentación “Undertow”, alcanzando el disco de platino.

Cuando la formación entregó su retrasado segundo trabajo, “Aenima”, en 1996,
el rock alternativo había perdido sus buques insignia, y la audiencia del
género habían acabado decantándose hacia el metal, esencialmente, lo que
significó que el grupo y el álbum no captaran una audiencia tan grande como
en su primer álbum, a pesar de que el disco debutó en el puesto número dos
de las listas. A pesar de todo “Aenima” alcanzó una más que considerable
cuota de ventas.
El éxito parcial de “Aenima” lleva a la banda a tomarse un periodo de
descanso. Pero descanso para algunos, ya que el vocalista y alma del grupo,
Maynard James Keenan, realiza un proyecto en paralelo, A Perfect Circle, con
el que consigue un éxito cercano al de Tool con el álbum “Mer De Noms” (Virgin,
2000).

La espera de un nuevo disco de Tool se hacía eterna, y tras la edición de
“Mer De Noms” los seguidores de la banda suplicaban por un nuevo trabajo de
la formación original de Keenan. Pero no tuvieron que esperar demasiado, en
2001 la banda edita un esperadísimo “Lateralus”. Según sale a la venta el
primer single del álbum, "Schism", llega al número uno de las listas de
singles. El álbum comienza a escucharse en todas las radios de EE.UU. Tool,
a pesar de los cinco años de distancia entre éste y su anterior trabajos,
sigue ofreciendo una música con ciertos toques experimentales, pero
principalmente instrumental, que sirve de base para las letras y tonos
desesperados de Keenan... pero tranquilos... la historia continúa.
Un metalero clamor espiritual...
Imaginemos el siguiente paisaje...
Una multitud de bandas y pandillas observando la escena musical reinante.
Seguido a esto, la inmediata apropiación, por parte de estas formaciones, de
viejas fórmulas ya consagradas, todo esto en pos de conseguir el oro de la
masividad. Finalmente, se eluden los senderos más complicados, es entonces
cuando la carrera por el
éxito se transforma en atropellada...
Muy bien, a esto se parece el rock actual. Así de confuso y facilista.
Afortunadamente, siempre existen elementos
que explicítan la ridiculez que domina tanta ambición barata. TOOL es, a
fuerza de potencia, uno de estos argumentos reveladores. Potencia ésta a la
que hacemos referencia, que no sólo se ve amparada en la contundencia de su
música, sino que también absorbe su energía de la proyección que demuestran
sus letras. A través de melodías extensas, oscuras y de naturaleza
cambiante, esta banda rompe con un sinfín de rótulos tradicionales que
definen al metal como un estilo inmodificable y necio en su apuesta. Dueños
de un perfil filosófico vinculado a una orden religiosa denominada
Lachrymologist, los integrantes de TOOL apelan a lo espiritual como eje
sonoro de la formación. A esto se suma una postura anti marketing que agrega
una pizca de misterio a la identidad de la banda.
Nacida en los Estados Unidos en 1990 y
superviviente al vendaval grunge, TOOL transpuso el paso de los años merced
a una propuesta creativa, original, que por momentos respira penumbras y
depresión. Los lanzamientos de “Opiate” (EP, 1992) y “Undertow” (1993)
fueron algo así como los antecedentes de la ruptura musical que la banda
establecería más adelante. El festival Lollapalooza ’93 fue testigo de los
atributos de una propuesta que ya amenazaba con explotar.
Precisamente es en 1996 y con la salida de “Aenima”,
cuyo nombre deriva de la combinación de Anima (concepto tomado de la
psicología Jungiana) y Enema, que TOOL redefine los horizontes que el metal
poseía hasta entonces. Rompiendo con lo presupuesto ya desde su arte de tapa
y con una destacada perfomance de su vocalista y compositor, Maynard James
Keenan, la placa se destaca por su sonido impecable y plagado de
composiciones en donde lo instrumental emerge como objeto destacado. Los
temas se ajustan a continuas mutaciones que oscilan entre la furia
descarnada y la tristeza más sórdida. Se perciben riffs apropiadamente
heavies, introducciones suaves y un manejo adecuado de efectos. Abordando
problemáticas sociales y experiencias personales, la poesía de Keenan
enfrenta a la evitable industria musical apostando a la crudeza seguida del
conocimiento literario. Nuevamente Lollapalooza, en su edición de 1997,
cedió sus escenarios para la presentación del grupo, que esta vez desempeñó
el papel de atracción principal junto a los consagrados Korn.
Transformados en baluartes de un nuevo rock
a través de los lauros obtenidos por “Aenima”, la continuidad de la banda se
vio amenazada por las exigencias de su sello grabador, Zoo Entertainment.
Superados estos inconvenientes, TOOL continuó el desafío asumido con su
segundo disco editando, en el 2001, “Lateralus”. Cinco años debieron
sucederse para que un nuevo trabajo de la banda viera la luz, pero bien
valió la pena aguardar tanto tiempo. En medio de tanto silencio, hasta
hubo
lugar para el lanzamiento de la placa debut de “A Perfect Circle” (“Mer de
Noms”), grupo que Keenan fundó en paralelo a TOOL y con el cual también
alcanzó una gran repercusión.
Las giras posteriores a la salida de “Lateralus”,
y las ventas millonarias consolidaron al grupo como verdadero icono de una
novedosa apertura musical. Manteniendo su perfil underground, los comandados
por Keenan ya se habían despachado, un año antes a la salida del nuevo
trabajo, con un plástico repleto de temas en vivo y alguna que otra rareza:
“Salival”.
Hablando de la última obra de TOOL, puede decirse
que “Lateralus” se muestra como la evolución esperable de un disco como “Aenima”.
Plagado de composiciones extensas, implacables y diferentes, el grupo
continúa con su posición anti comercial, desplegando un material que se
caracteriza por no ajustarse a la vidriera que usualmente exige la movida
musical. Cada canción se manifiesta como un cúmulo de estados de ánimo, con
estructuras que, pese a las diferencias que puedan marcarse, se acercan a lo
postulado por King Crimson en gran parte de su trayectoria. Además, el sabor
metálico propio de los comienzos del grupo no ha desaparecido sino que,
contrariamente, a adquirido una mayor contundencia como consecuencia de la
complejidad que exhibe cada composición.
Pese a tratarse de una agrupación relativamente
joven, y a los galardones que ya ha cosechado ( Numerosos discos de oro y
platino, algún que otro Grammy, etc.), TOOL se perfila como una de las
bandas de rock con mayor proyección. Su presente tiene al reconocimiento
como característica general, pero es verdaderamente su futuro lo que le
adiciona un valor extra a la calidad de la banda. Un futuro que no deja de
mostrarse como auspicioso en un tiempo que se destaca por ofrecer productos
que rápidamente se tornan desechables.
Patricio
Eleisegui.
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