LA ROSA
I
el desierto. la noche, el hormiguero
arriba se estremecen
arriba la nada se descuelga con fuerza y abajo: nada.
soy un pez en su profundidad
hay arena fina bajo mis pies, solo eso, polvo.
Y las rodillas buscan fondo entre la arena
la conciencia hundida, enredada al suelo la piel hojarasca, la lengua lodo el destierro
con la voz en un sobre de otro
y deseo hundir la cara en agua limpia que el cielo abra arroyos se rebele hondo, entrañable y doble el desierto en sus puntas
nada a los lados
no. nada atrás, nada adelante
-¿quién llora ? y mi voz suena queda.
-¿eres tú la que llora? pero no responde.
y miro a los lados, atrás, adelante, el ojo no ve cuanto cruza
y hay una única rosa en medio de la nada.
IV
- hola.- digo, y la sonrisa queda, navega en las manos. y suspiro.
-¿que haces aquí , rosa? ¿estás perdida?
la tibieza me recoge hay una única rosa en medio del desierto
y ya no estoy solo
V
río encendido entre mis temores, que nada son.
solo arena. solo oscuridad. solo una rosa.
tonta, tonta rosa, la arena va a cubrirte.
-cuando este sueño termine seguirás aquí -
la arena va a cubrirte, rosa tonta rosa.
pero no responde
y despierto, las puntas se cierran en el sueño
y no hay arena, ni rosa, ni estremecimiento
lloro encendido entre mis temores, que nada son
solo arena solo oscuridad solo una rosa
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El desierto.
La oscura noche es el techo de mi sueño.
Arriba brillan las estrellas, abajo, nada. Arriba la luna grita con fuerza, abajo nada.
Me absorbe, nado en ella. Soy un pez perdido en la profundidad de su estanque.
Hay arena fina bajo mis pies, arena y nada mas, solo eso, polvo.
Pues hoy el desierto está quieto.
Y camino extraviado sobre la arena, mis pies descalzos, mi lengua muda.
Solo en este sueño perdido,
tan solo.
Nada a los lados, no. Nada atrás, nada adelante, estoy solo.
Pero el cielo se cierra y vuelve a abrirse lleno de estrellas vacías que caen sobre mí cegando mis ojos. Pero el cielo se cierra y vuelve a abrirse lleno de estrellas vacías que intentaron aplastarme.
Pero ya no estoy solo.
-Quién llora ? Y mi voz suena queda.
Me inclino ante la rosa que casi piso. Una única rosa en medio de la nada.
-Eres tu la que llora? Pero no responde.
Y miro a los lados, no. Nada atrás, nada adelante.
Una única rosa en medio de la nada.
- Hola.- Le digo. Pero no responde. Y se queda allí, inmóvil. Y suspiro.
-Que haces aquí , rosa? -Estás perdida?
Pero no responde, y miro nuevamente a los lados, no. Nada atrás, nada adelante, nada arriba, nada abajo.
Una única rosa en medio del desierto.
Y ya no estoy solo.
Río atontado entre mis temores, que nada son.
Solo arena. Solo oscuridad. Solo una rosa.
Ya despertaré .
Y cuando este sueño se cierre la rosa seguirá aquí. Una rosa en la profundidad del desierto.
Tonta, tonta rosa, la arena va a cubrirte.
-Cuando este sueño termine seguirás aquí -le digo, La arena va a cubrirte y el desierto estará sobre ti. Tonta rosa. Pero no responde.
Me alejo y creo escuchar su llanto, corro a ella lleno de tristeza. -La arena va a cubrirte, rosa, va a cubrirte. Sus pétalos secan mis lagrimas, y no puedo evitarlo.
Despierto y la rosa ya no está entre mis manos.
Lloro perdido entre mis temores, que nada son.
Solo arena. Solo oscuridad. Solo una rosa.
Me revuelco en la tumba
a toda loza
como avanza el miedo debajo de la rueda
gimiendo entre el pasto tu descenso a la muerte
abajo tu cuerpo es devorado en silencio
Tu alma alimenta el árbol Tus labios murmuran mi nombre
Como una sombra
empuja con tus muslos la lápida de hierro
La oscuridad lo devora todo.
Me muevo entre seres que desconozco. Objetos impalpables a mi vista, a mis manos. Objetos que flotan sin que pueda capturarlos.
Objetos que me miran, esperando tal vez a que duerma para atacarme mientras estoy indefenso.
Y nace el miedo.
Me escondo entonces bajo las sabanas de un mundo fantasmal, Como si quisiera escapar de la noche.
Enciendo la luz.
Reaparecen entonces los colores y las formas. Y reina la luz, reina el brillo.
Y camino entre objetos aburridos que son visibles a mis ojos, tangibles a mis manos, ásperos a mi lengua. Objetos dóciles con los que he jugado antes. Objetos eternamente inertes.
Y me enfurezco.
Enfréntenme ahora, si son tan fuertes!
Y armado de valor busco en lugares imposibles.
Y las palabras se disuelven en el absurdo.
Nada. Nada. Nada.
Me sumerjo inmóvil bajo las sabanas de un mundo inexistente, fantasmal, intangible.
Y caigo dormido. |
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